viernes, 28 de octubre de 2011

Clases de peces

Prácticamente donde hay agua, salada o dulce, hay peces; salvo en la bañera de tu casa. Los peces aparecieron en el planeta antes que los anfibios, los reptiles, los pájaros y los mamíferos. Es decir, ¡son viejísimos! Existen peces de todas formas, tamaños y colores imaginables. El más grande que se conoce es el "tiburón ballena" que mide hasta dieciocho metros de largo y llega a pesar veinte toneladas.
Como hay muchas clases de peces, definirlos no es fácil. Sin embargo, si te lo preguntan, puedes responder: "son animales acuáticos y vertebrados, de sangre fría, que pueden respirar bajo el agua". Son acuáticos porque habitan en el agua; vertebrados, porque tienen esqueleto; de "sangre" fría porque la temperatura de su cuerpo no es constante y depende de la temperatura del agua, y pueden respirar bajo el agua porque poseen branquias. Todos los peces tienen aletas en vez de patas, una o varias. No todos tienen escamas; por ejemplo, los bagres, las anguilas y las lampreas carecen de ellas.
Ciertos peces de agua dulce que quedan en África, Australia y Sudamérica, son dipnoos.
Hay clases extintas que hemos conocido por fósiles. Y cuidado: las ballenas, los manatíes, los dugongos y los delfines no son peces, sino mamíferos.
Como todos los seres vivos, los peces necesitan oxígeno para vivir.
En el agua hay oxígeno y los peces lo toman con las branquias. Éstas tienen forma de láminas, están recubiertas de vasos sanguíneos y, normalmente, se sitúan al principio del aparato digestivo en una especie de cámara rodeada de huesos. Las branquias son el órgano respiratorio de los peces.
El proceso respiratorio de los peces es muy interesante: el agua entra por la boca y llega a las branquias; las branquias toman el oxígeno y lo distribuyen al resto del organismo por los vasos sanguíneos, y el agua es expulsada por unas aberturas que la mayoría de los peces tienen detrás de la cabeza. Es un proceso constante. Muchos peces no sólo aprovechan así el oxígeno sino que salen al exterior a respirar. Quizás hayas visto en los acuarios pececillos que asoman la boca a la superficie: ¡están respirando!

Existen peces que pueden respirar fuera del agua. ¡Y no es un milagro!

Ellos han desarrollado sistemas "extras" de respiración. El pez gato es uno de ésos; tiene la costumbre de salir del agua y recorrer grandes distancias "a pie", impulsándose con sus fuertes aletas y respirando por la pared del intestino. Otros respiran por la piel.
¡Y hasta hay algunos con pulmones!: los Neoceratodus y los Protopterus, de la clase dipnoos. Son peces pulmonados que, cuando se seca el lago o río en que viven, se entierran en el lodo y usan sus pulmones "de emergencia" para respirar.
En su mayoría los peces se reproducen por huevos. Por lo tanto, son ovíparos. A menudo, la fecundación es externa y esto sí que es curioso: la hembra, según la especie de que se trate, suelta sus óvulos, que quedan flotando o depositados sobre alguna superficie. En ese momento, el macho los fecunda con su esperma. A partir de ahí se forma el huevo de donde nacerá la larva, el bebé pez. Hay muchos casos, también, de fecundación interna, en que inclusive las hembras dan a luz bebés vivos. De este tipo es el "pez de cuatro ojos" que vive en México y otros países de América Central.
Muchos peces hacen nidos para cuidar los huevos en el fondo del mar, entre las rocas y corales o en plantas acuáticas. Algunos hacen nidos en el fondo de la arena o del fango, cavando y haciendo huecos; o bien, entre la grava del fondo. Otros, como el pez del paraíso, construyen nidos de burbujas. La construcción del nido es de verdad fascinante: el macho expulsa burbujas consistentes y construye con ellas una balsa. Después, a medida que la hembra va soltando los óvulos, él los fecunda y deposita los huevos sobre la balsa. Con este sensacional sistema, papá y mamá pez pueden tener los huevecillos reunidos y protegidos hasta el nacimiento de las larvas. Algunos peces viven sólo un año. Otros, durante muchos. Todo depende de la especie de que se trate.


Casi todos los peces son carnívoros, aunque hay algunos, como las carpas, que sólo comen hierbas. ¿Has oído eso de que "el pez más grande se come al más chico"? Bueno, es cierto; sin embargo, a veces se produce lo contrario y el pez más chico se come al más grande. Esto ocurre con ciertas especies de las profundidades marinas.
Generalmente, los peces tienen dientes filudos para desgarrar y cortar la carne; pero los que se alimentan de organismos pequeñísimos tienen, en lugar de dientes, una especie de colador que filtra su comida del agua. Así se alimenta el "tiburón ballena" que, a pesar de su temible aspecto, no tiene dientes.


El pez erizo posee una poderosa dentadura trituradora. ¡Es capaz de hacer picadillo duros trozos de coral! Ah, y también existen peces "vampiros"; igual que las chinches, se pegan a otros peces y les chupan la sangre.
Para defenderse de sus enemigos, los peces tienen diversos sistemas. El más usual es huir nadando velozmente. Algo así como poner "aletas en polvorosa".
Otros, se ocultan en las rocas o entre las plantas acuáticas.


Muchos tienen la característica de mimetizarse, esto es, toman la forma o el color de plantas y rocas, como el pez hoja, que siempre aparece disfrazado de hoja.

El pez globo, no bien se ve amenazado, se hincha casi al doble de su tamaño; posee, además, fuertes espinas en la piel. También los peces erizos pueden hincharse, convirtiéndose en amenazantes bolas llenas de erizadas espinas. Los peces, al cambiar de color copian casi exactamente el color del fondo donde se encuentran y así evitan ser comidos o descubiertos. En algunas especies, el color sirve para distinguir el sexo.
Los tiburones y las barracudas muerden;
el pez globo y los peces erizos pican;
el pez espada aturde a sus enemigos con su "espada";
la raya da "golpes eléctricos".
Otros peces son venenosos. Llevan el veneno en las espinas, en las aletas o en su carne. El pez araña del Mediterráneo tiene una glándula ponzoñosa en la aleta dorsal. Le gusta permanecer semienterrado en la arena: ante la menor provocación, levanta la aleta. Muchos pescadores y bañistas descuidados han sido víctimas de ese envenenamiento.

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